En realidad esta historia empezó un par de años antes. Los metodólogos principales fueron convocados por el Luis Gómez, a quien el pueblo llamaba cariñosamente “mínimo Gómez”, en alusión a su corta estatura y para diferenciarlo bien de Máximo el Grande, a una reunión en el ministerio.
Había preocupaciones. Un eufemismo para decir que algunos especialistas se oponían a la idea del profesor general integral, sin saber quién estaba detrás de ella. Sorpresivamente Fidel hace acto de presencia. Con la humildad que caracteriza al Comandante interviene:
-Yo sé que algunos compañeros tienen dudas, sólo les pido una cosa; déjenme probar.
Ante semejante acto de modestia todos estuvieron de acuerdo en darle una oportunidad. El experimento empezó de inmediato en la escuela Yuri Gagarin, antiguo Pre de la Habana. Un grupo de aguerridos jóvenes conocidos como los “100 valientes de Fidel” comenzaron su heroica labor. Resulta innecesario decir que la experiencia fue un éxito rotundo. Algunos funcionarios afirmaron muy en serio que la gente aprendía tres veces más rápido (sic). Una simple aritmética indica que la entrada a la universidad se produciría a la edad diez años.
Al inicio del próximo curso escolar el sistema se implanta en todas las Secundarias Básicas del país, junto con la doble sesión, aulas de 15 estudiantes, clases por televisión y video, discos compactos en lugar de libros, pan con pasta y yogurt de soya como “merienda reforzada” en lugar de almuerzo.
El Comandante no se detiene ante ningún obstáculo con tal de proporcionarle a su pueblo la mejor educación. Cuando se da cuenta que, al reducir a la mitad los estudiantes por aula, necesita el doble de los maestros recorta el programa de estudios de Licenciatura en Educación Primaria de cinco años a seis meses. Los PI, profesores integrales, son bautizados por los guasones de siempre como Profesores Instantáneos.
A veces me pregunto de dónde vienen las brillantes ideas pedagógicas del Comandante. No me caben dudas, bebe de los clásicos; cuando Martí habló de talleres en lugar de escuelas decidió mandar a todos los estudiantes para los Pre en el Campo.
El profesor integral con sus quince alumnos a cuestas podría tener su génesis en la Biblia. Huele a Jesucristo con sus doce apóstoles. Para subir la parada decidió serían quince:
“Tendremos el mayor número de apóstoles por Jesucristo del mundo. Sólo en una Revolución Socialista esto es posible.”
Naturalmente “Mínimo Gómez” tuvo el papel de comparsa en todo este cuento. Pero no hay que subestimar su rol, además de la difícil tarea de la implementación práctica del disparate, fue su ideólogo a posteriori. Habló de “cursos históricos ( a pesar de algunas pequeñas deficiencias)”, de “una revolución en el uso de las modernas tecnologías de información”, de que “como nunca antes todas las condiciones están creadas para el inicio del curso escolar(sólo faltan algunos detalles como los uniformes, los libros y los maestros quizás debió haber añadido)” y un largo etcétera de justificaciones y apologías.
Lo “bueno” que tiene la Educación es que las decisiones erróneas se pagan a largo plazo, mientras tanto se puede ir tirando hasta que un PI le explote una silla en la cabeza a uno de sus discípulos. Ahora lo destituyen, no por mal trabajo en su ramo, sino por obstructor del tráfico aéreo internacional.
Pero no se preocupen, la ayuda está en camino y viene de Galicia, o de Asturias no sé bien.
Había preocupaciones. Un eufemismo para decir que algunos especialistas se oponían a la idea del profesor general integral, sin saber quién estaba detrás de ella. Sorpresivamente Fidel hace acto de presencia. Con la humildad que caracteriza al Comandante interviene:
-Yo sé que algunos compañeros tienen dudas, sólo les pido una cosa; déjenme probar.
Ante semejante acto de modestia todos estuvieron de acuerdo en darle una oportunidad. El experimento empezó de inmediato en la escuela Yuri Gagarin, antiguo Pre de la Habana. Un grupo de aguerridos jóvenes conocidos como los “100 valientes de Fidel” comenzaron su heroica labor. Resulta innecesario decir que la experiencia fue un éxito rotundo. Algunos funcionarios afirmaron muy en serio que la gente aprendía tres veces más rápido (sic). Una simple aritmética indica que la entrada a la universidad se produciría a la edad diez años.
Al inicio del próximo curso escolar el sistema se implanta en todas las Secundarias Básicas del país, junto con la doble sesión, aulas de 15 estudiantes, clases por televisión y video, discos compactos en lugar de libros, pan con pasta y yogurt de soya como “merienda reforzada” en lugar de almuerzo.
El Comandante no se detiene ante ningún obstáculo con tal de proporcionarle a su pueblo la mejor educación. Cuando se da cuenta que, al reducir a la mitad los estudiantes por aula, necesita el doble de los maestros recorta el programa de estudios de Licenciatura en Educación Primaria de cinco años a seis meses. Los PI, profesores integrales, son bautizados por los guasones de siempre como Profesores Instantáneos.
A veces me pregunto de dónde vienen las brillantes ideas pedagógicas del Comandante. No me caben dudas, bebe de los clásicos; cuando Martí habló de talleres en lugar de escuelas decidió mandar a todos los estudiantes para los Pre en el Campo.
El profesor integral con sus quince alumnos a cuestas podría tener su génesis en la Biblia. Huele a Jesucristo con sus doce apóstoles. Para subir la parada decidió serían quince:
“Tendremos el mayor número de apóstoles por Jesucristo del mundo. Sólo en una Revolución Socialista esto es posible.”
Naturalmente “Mínimo Gómez” tuvo el papel de comparsa en todo este cuento. Pero no hay que subestimar su rol, además de la difícil tarea de la implementación práctica del disparate, fue su ideólogo a posteriori. Habló de “cursos históricos ( a pesar de algunas pequeñas deficiencias)”, de “una revolución en el uso de las modernas tecnologías de información”, de que “como nunca antes todas las condiciones están creadas para el inicio del curso escolar(sólo faltan algunos detalles como los uniformes, los libros y los maestros quizás debió haber añadido)” y un largo etcétera de justificaciones y apologías.
Lo “bueno” que tiene la Educación es que las decisiones erróneas se pagan a largo plazo, mientras tanto se puede ir tirando hasta que un PI le explote una silla en la cabeza a uno de sus discípulos. Ahora lo destituyen, no por mal trabajo en su ramo, sino por obstructor del tráfico aéreo internacional.
Pero no se preocupen, la ayuda está en camino y viene de Galicia, o de Asturias no sé bien.
1 comentario:
Esta muy gracioso. Sonrei varias veces. Arrancar cuesta, no lo dejes. Y si es verdad que traes un poco de equilibrio, pues NO SE TE OCURRA DEJARLO! Nunca seran suficientes.
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