miércoles, 14 de mayo de 2008

Decadencia y caída de mínimo Gómez, primera parte



La historia de mi vecino Horta es ilustrativa de la última revolución de la Educación cubana.
Maestro de Física de Secundaria Básica, con más de 30 años de experiencia, se las sabía todas cuando de manzanas de Newton y cargas de Coulomb se trataba.
Feliz, domando las pequeñas fieras, esperaba en paz su ansiado retiro cuando en una sorpresiva reunión la directora le avisó:
-El próximo año comienza el sistema de profesores integrales, a partir de Septiembre además de Física vas a enseñar Matemática, Biología, Química, Español, Historia y Geografía. En las vacaciones empezamos un curso acelerado de preparación. Alguien en contra?
El cielo parecía caer sobre su cabeza. La última vez que oyó hablar de Cervantes fue de paso por el parque El Quijote camino a Coppelia, cómo diablos iba a dar una clase sobre el tema?
A punto del infarto se enteró de los detalles de la operación. A lo cubano, Dios aprieta pero no ahoga. Las clases venían en cassettes, sólo había que saber manipular el nuevo equipo de video. Cuando Tatagua, la niña abelardita del aula le preguntase por las características antropométricas de los nemátodos sólo tendría que darle al VCR para atrás hasta el lugar adecuado.
La cosa iba bien hasta que un día despertó de su habitual siesta en medio de una lección de Historia de Cuba, la maestra en la pantalla diciendo:
- Hoy vamos a estudiar la crisis económica del período 1919-1922.
Medio dormido se le escapó el único comentario que hiciera a sus alumnos en la materia:
-Coñooo, que suerte tuvieron, nada más duró tres años; esta de ahora no tiene para cuando acabar.
En medio de las risas interminables de sus alumnos la espontánea observación terminó con su brillante y corta carrera de Profesor General Integral de Secundaria.
Hoy repasa tranquilamente en su casa a los muchachos que desean entrar a la Lenin o la Universidad.
-Gano el doble que antes, además no tengo que pagar Sindicato ni MTT, me dice.

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