La Plaza, sin otro apellido, suele ser identificada por los habaneros como un lugar de largos discursos y marchas combativas. Mi memoria personal de la explanada se asocia con las preguntas de un niño. Sus interrogantes no por repetitivas dejaban de tener ocultas razones.
Imágenes del concierto de ayer, con Silvio cantando El Escaramujo, trajeron otra vez el recuerdo de mi hijo y sus múltiples cuestionamientos.
Cada vez que el asmático VW bajaba, agradecido, la loma de Zapata y Paseo, el mismo diálogo con mi retoño se repetía:
-Mira a Fidel, afirmaba desde toda la seguridad de sus cuatro años.
Al principio pensé en un desvariado producto de la fantasía político- ideológica que los infantes cubanos suelen tener. Pero su dedo índice apuntaba firmemente a la estatua vigilante, para cinco segundos después empezar a dudar:
-Ese es Fidel o Martí?
Ante mi respuesta, volvía a su obstinación:
-Es Fidel, me lo dijo la seño.
La confusión no era un comentario casual a un compañero de ruta. Me daba cuenta de que, en su visión infantil del mundo, Martí y Fidel tenían algo en común: ambos formaban parte de la Historia. En su propia escala cronológica, el Moncada y Peralejo tuvieron lugar allá, en el mismo remoto pasado que tal vez, algún día, le toque reinventar.
Guardaba mi mejor argumento para cuando cruzáramos frente a la efigie en cuclillas:
-Fíjate, no tiene barba.
Así lograba callarlo por unos segundos. Pero el pequeño príncipe no se daba por vencido tan fácilmente. Pensativo, volvía a la carga con otra pregunta a la que, muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, le habría de encontrar un sentido premonitorio:
-Y por qué está siempre cag….?
Saber no puede ser lujo.
Imágenes del concierto de ayer, con Silvio cantando El Escaramujo, trajeron otra vez el recuerdo de mi hijo y sus múltiples cuestionamientos.
Cada vez que el asmático VW bajaba, agradecido, la loma de Zapata y Paseo, el mismo diálogo con mi retoño se repetía:
-Mira a Fidel, afirmaba desde toda la seguridad de sus cuatro años.
Al principio pensé en un desvariado producto de la fantasía político- ideológica que los infantes cubanos suelen tener. Pero su dedo índice apuntaba firmemente a la estatua vigilante, para cinco segundos después empezar a dudar:
-Ese es Fidel o Martí?
Ante mi respuesta, volvía a su obstinación:
-Es Fidel, me lo dijo la seño.
La confusión no era un comentario casual a un compañero de ruta. Me daba cuenta de que, en su visión infantil del mundo, Martí y Fidel tenían algo en común: ambos formaban parte de la Historia. En su propia escala cronológica, el Moncada y Peralejo tuvieron lugar allá, en el mismo remoto pasado que tal vez, algún día, le toque reinventar.
Guardaba mi mejor argumento para cuando cruzáramos frente a la efigie en cuclillas:
-Fíjate, no tiene barba.
Así lograba callarlo por unos segundos. Pero el pequeño príncipe no se daba por vencido tan fácilmente. Pensativo, volvía a la carga con otra pregunta a la que, muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, le habría de encontrar un sentido premonitorio:
-Y por qué está siempre cag….?
Saber no puede ser lujo.
3 comentarios:
Me recuerda cuando el padre del coronel aureliano buendia lo llevo a conocer el hielo.
que bueno esta tu blog che, saludos!
Gracias Daniel por pasar, saludos
Did you hear there is a 12 word sentence you can tell your man... that will induce deep emotions of love and instinctual appeal for you buried within his heart?
That's because deep inside these 12 words is a "secret signal" that fuels a man's instinct to love, admire and look after you with all his heart...
12 Words Will Fuel A Man's Love Response
This instinct is so built-in to a man's genetics that it will drive him to try harder than before to to be the best lover he can be.
In fact, fueling this dominant instinct is absolutely essential to achieving the best possible relationship with your man that the instance you send your man one of these "Secret Signals"...
...You'll immediately find him expose his soul and mind for you in a way he never experienced before and he will distinguish you as the one and only woman in the world who has ever truly fascinated him.
Publicar un comentario