No me cabe la menor duda, los emigrados cubanos desean democracia y prosperidad para su Patria. La cuestión es sí están dispuestos a hacer los sacrificios necesarios con tal de lograr semejante propósito.
Una rápida mirada a la actual situación desde una perspectiva realista, resulta en un cuadro totalmente cerrado, para decirlo en términos beisboleros. La famosa invasión americana no llega, de hecho está cada día más lejos, sobretodo después del fracaso en Iraq. La solución biológica desafía todas las leyes de Darwin. El embargo funciona tanto como la política de acercamiento crítico del gobierno español. La insurrección popular, tan esperada, no acaba de estallar y la disidencia interna, empantanada y dividida, sigue sin conectar con el resto de la ciudadanía.
Resulta paradójico ver una emigración con un poder económico decenas de veces superior al gobierno en Cuba, en alianza con el país de mayor poderío militar sobre la tierra, impotente en capitalizar el descontento de la isla.
Además de esperar pasivamente por otros 50 años a que la Ley de Gravedad actúe sobre la fruta madura, qué hacer antes de que esta se pudra? No todo estaría perdido si muchos estuviesen dispuestos a ofrecer su corazón. Pero males mayores requieren remedios extraordinarios. Lenin lo describió, en otro contexto, a paso de conga santiaguera:
Qué hacer? Un paso adelante, dos pasos hacia atrás.
Olvídese del mamotreto de Bush y Condi con 500 páginas, he aquí mi plan de cinco para la libertad de Cuba al estilo del viejo bolchevique:
1) La toma del poder……en Miami.
Se necesita una nueva generación de líderes con miradas frescas sobre el diferendo. Los llegados después del 80 deben dejar su apoliticismo e involucrarse activamente en elecciones regionales. Sólo uno de cada ocho votantes cubanos es posterior al 80. Aún aquellos sin derecho al voto pueden participar activamente a través de redes sociales, actos públicos y su presencia en los medios.
2) Un programa mínimo de gobierno en transición.
Basado en la convocatoria a elecciones que ofrezca garantías aún a quienes comprometidos con el gobierno en la Habana no estuviesen directamente involucrados en hechos de sangre. El programa debe dejar explícitamente claro la invalidez de la ley Helms Burton sobre la recuperación propiedades por sus antiguos dueños.
3) Eliminación de la Ley de Ajuste.
Una vez cortada la salida la mar, en lugar de soñar con el escape por cualquier medio, los de la isla dedicarán sus energías a cambiar aquello que tienen dentro. Suena un poco cínico pero es crucial y hará la diferencia. No más válvula de escape en la caldera.
4) Operación retorno.
El regreso de los hijos pródigos a la tierra prometida. Dos millones de cubanos remando a la inversa. Otro millón en la retaguardia de apoyo financiero y mediático. Consecuencia con el punto anterior para empezar. Sacrificio mayor pero igualmente necesario.
5) Desobediencia civil.
No hay cárcel pa’ tanta gente ni policía que lo aguante. Resistencia civil con varios medios al alcance. El gobierno no aguanta 6 meses.
Plan tan infalible como utópico. Todos los puntos me parecen razonablemente realizables excepto el retorno masivo. En todo caso encuentro bastante de egoísta e hipócrita pedirle a los de adentro correr todos los riesgos mientras otros contemplamos desde afuera la función, sentados en la comodidad de nuestras butacas.
Una rápida mirada a la actual situación desde una perspectiva realista, resulta en un cuadro totalmente cerrado, para decirlo en términos beisboleros. La famosa invasión americana no llega, de hecho está cada día más lejos, sobretodo después del fracaso en Iraq. La solución biológica desafía todas las leyes de Darwin. El embargo funciona tanto como la política de acercamiento crítico del gobierno español. La insurrección popular, tan esperada, no acaba de estallar y la disidencia interna, empantanada y dividida, sigue sin conectar con el resto de la ciudadanía.
Resulta paradójico ver una emigración con un poder económico decenas de veces superior al gobierno en Cuba, en alianza con el país de mayor poderío militar sobre la tierra, impotente en capitalizar el descontento de la isla.
Además de esperar pasivamente por otros 50 años a que la Ley de Gravedad actúe sobre la fruta madura, qué hacer antes de que esta se pudra? No todo estaría perdido si muchos estuviesen dispuestos a ofrecer su corazón. Pero males mayores requieren remedios extraordinarios. Lenin lo describió, en otro contexto, a paso de conga santiaguera:
Qué hacer? Un paso adelante, dos pasos hacia atrás.
Olvídese del mamotreto de Bush y Condi con 500 páginas, he aquí mi plan de cinco para la libertad de Cuba al estilo del viejo bolchevique:
1) La toma del poder……en Miami.
Se necesita una nueva generación de líderes con miradas frescas sobre el diferendo. Los llegados después del 80 deben dejar su apoliticismo e involucrarse activamente en elecciones regionales. Sólo uno de cada ocho votantes cubanos es posterior al 80. Aún aquellos sin derecho al voto pueden participar activamente a través de redes sociales, actos públicos y su presencia en los medios.
2) Un programa mínimo de gobierno en transición.
Basado en la convocatoria a elecciones que ofrezca garantías aún a quienes comprometidos con el gobierno en la Habana no estuviesen directamente involucrados en hechos de sangre. El programa debe dejar explícitamente claro la invalidez de la ley Helms Burton sobre la recuperación propiedades por sus antiguos dueños.
3) Eliminación de la Ley de Ajuste.
Una vez cortada la salida la mar, en lugar de soñar con el escape por cualquier medio, los de la isla dedicarán sus energías a cambiar aquello que tienen dentro. Suena un poco cínico pero es crucial y hará la diferencia. No más válvula de escape en la caldera.
4) Operación retorno.
El regreso de los hijos pródigos a la tierra prometida. Dos millones de cubanos remando a la inversa. Otro millón en la retaguardia de apoyo financiero y mediático. Consecuencia con el punto anterior para empezar. Sacrificio mayor pero igualmente necesario.
5) Desobediencia civil.
No hay cárcel pa’ tanta gente ni policía que lo aguante. Resistencia civil con varios medios al alcance. El gobierno no aguanta 6 meses.
Plan tan infalible como utópico. Todos los puntos me parecen razonablemente realizables excepto el retorno masivo. En todo caso encuentro bastante de egoísta e hipócrita pedirle a los de adentro correr todos los riesgos mientras otros contemplamos desde afuera la función, sentados en la comodidad de nuestras butacas.
Mariposas de todos los paises, volemos!
Imagen: coleccion la tierra vista desde el cielo, Arthus-Bertrand.