miércoles, 11 de febrero de 2009

Las plumas de la Internet


A Boris, viceministro de informática






Y si ponemos Internet por la libreta?, tal cómo hicimos con los pollos cuando el imperialismo los bloqueó allá por los años 70 .

Ya fue anunciado por el filósofo alemán: De cada cuál su disco duro, a cada cual su pedacito de kilobytes por segundo.
No somos acaso la sociedad más igualitaria y justa?

En todo caso el lenguaje del barrio cambiaría, en correspondencia con el privilegio de ser también el pueblo más culto del mundo:

- Mi vida, primero tienes que darte de alta en OFICODA.com.

-En el jovenclú están dando gigas adicionales.

-Llegó el MODEM de embarazadas.

-Mijo, el mensajero trajo los dos links que te tocan hoy. Todavía están calentitos.

Y lamentablemente empezaría el mercado negro:
-Vaya puro lleva tu güeb aquí. Fresquecita.

O si, para variar, burócratas y políticos se lo tomaran en serio? Y si declarasen la conexión a Internet una tarea de choque prioritaria?

“El compañero fulano es buen trabajador pero no puede ser vanguardia por no estar conectado.”

No es hora de pensar en lo que la libreta puede hacer por Internet sino en lo que la red puede hacer por la libreta.

Veamos. Esta podría ser digitalizada. Un usuario se conectaría, lo mismo a la bodega, que a su puesto de viandas o la farmacia para saber si por fin llegaron las almohadillas sanitarias del año pasado o su libra de papas de mañana jueves.

El bodeguero actualiza la libreta en la base de datos contenida en su laptop, postea la orden al mensajero, quien la recibe en su Blackberry y se apresta a llevar el pan cotidiano al núcleo familiar.
Toda una oportunidad de pasar directamente del cuarto al primer mundo. Tal vez hasta encontremos los pollos perdidos en el ciberespacio.